Capítulo
III: El beso que cambió mis ideas
La
chica de cabellos azabaches miraba con cierto temor a los seres que se
encontraban frente a ella, en especial a ese hanyu de apariencia tan rebelde.
Naraku le había dicho que ese ser estuvo a punto de matarla, y también le había
dicho el motivo por el cual ambos fueron lus únicos sobrevivientes en medio de
todo el desastre en la aldea… ese ser llamado Inu Yasha ya era detestable para
ella pero esos ojos ambarinos le provocaban cierto temor que alejaba todos sus
pensamientos de vengana al verlos, sea como fuera si ese hanyu se atrevía a
tocar a Naraku ella no se tentaría el corazón, ahora el era lo más preciado
que podía tener
-
Naraku maldito no intentes confundirla y dile la verdad!! – exigió el hanyu
-
Decirle la verdad? Inu Yasha ya se lo he dicho todo, y ella accedió a estar
conmigo – afirmó Naraku
-
Kagome, eso es verdad? – preguntó la exterminadora dirigiendose a ella
-
Si, sé que tu Inu Yasha me heriste y también intentaste matar a Naraku junto
con tus amigos y todo por la joya de las cuatro almas, y todo eso lo haces para
poder convertirse en un youkai verdadero, incluso mataste a una sacerdotisa! –
le reclamó Kagome
-
A una sacerdotisa? – preguntó el hanyu desconcertado
-
Inu Yasha al parecer la señorita Kagome lo recuerda todo y ha decidido pasar al
lado de Naraku – dijo el houshi tomando en cuenta cada una de las palabras de
la miko
-
Excelencia eso no puede ser, además mencionó que Inu Yasha había matado a una
sacerdotisa – dijo Sango aferrandose a la idea de que su amiga no estaba bien
-
Si Sango, recuerda que esa sacerdotisa se refiere a Tsubaki – dijo
tranquilamente el houshi
-
Pero Miroku no puede ser que Kagome se haya pasado así como así al bando de
Naraku – dijo el kitsune
-
Maldito seas Naraku! Que les has hecho a su memoria – exclamó enfadado el
hanyu
-
Que cinismo el tuyo – intervino Kagome – Tu fuiste quien provoco que
olvidara todo y a todos, me arrebataste lo único que tenía en este mundo y por
poco y me arrebatas la vida del ser que más quiero – dijo haciendole frente
– No puedo creer que después de todo lo que has hecho vengas y exijas la
perla junto con preguntas de las cuales ya sabes las respuestas – dijo
firmemente
-
Pero Kagome… - le dijo la exterminadora – no sabes lo que este sujeto te…
-
Su nombre es Naraku y sé que el fue el ser que me salvo, que me ayudó cuando más
lo necesitaba, no debo ni quiero saber nada más – dijo Kagome interrumpiendo
a la exterminadora
-
Naraku me las pagarás! – dijo desenfundando a Colmillo de Acero que se
tornaba roja como la sangre – Viento Cortante!!
El
ataque se dirigió rápidamente hacia Naraku, quien utilizando el poder de la
perla creo un campo de energía, pero había algo extraño en ese campo… no se
percibía maldad alguna sólo un sentimiento puro y casi contagioso, el del
amor, pero aquel campo no podía ser producto de Naraku, el era un demonio,
entonces quien habia sido?
-
Kagome qué haces!!! – preguntó Naraku desde adentro
-
Dandote las gracias – dijo guiñandole un ojo
-
Kagome no lo hagas – intervino el hanyu
-
Acercate más y este campo explotará matandote a ti y a tus amigos – dijo en
tono amenazante
-
Kagome… -
-
Inu Yasha sólo puedo decir esto, no me importa cómo fue, ni me importa por qué,
sólo quiero decirte que no voy a permitir que le hagas daño a Naraku y tampoco
voy a permitir que hagas lo mismo conmigo así que vete cuidando porque si llego
a ver que intentas matarlo de nuevo a causa de tus ambiciones, seré capaz de
acabar con tu miserable vida, tenlo siempre muy presente – dijo Kagome
alejandose del lugar junto con Naraku
En
el lugar donde poco antes de marcharse Kagome habia dicho tales palabras, su
antiguo grupo de amigos junto con Inu Yasha estaban totalmente consternados,
Kagome jamás les había hablado así y mucho menos se había dirigido a Inu
Yasha con aquellas palabras tan frías y a la vez con rencor en ellas
-
Buuuuuuaaaaaaa!!!! Kagome!!!! – comenzó a llorar el pequeño Shippo
-
Calma Shippo – dijo la exterminadora tomandolo en brazos mientras que unas
lagrimas salían de sus castaños ojos
-
Pero Sango, Kagome no nos recuerda!! Buuuuuaaaaa!!! Se fue con Naraku e incluso
lo protegió!! Kagome es mala!!! Buuuuuaaaaa – comenzó a decir entre sollozos
-
No digas eso Shippo, lo que sucede es que Kagome está confundida – dijo Sango
apretando contra si al pequeño Shippo
-
Buuuuaaa!!! Pero no podemos hacer nada, se fue con Naraku!! – seguía
sollozando el pequeño
-
Ya basta de necedades Shippo, vamos a recuperar a Kagome aunque sea lo último
que haga – dijo el hanyu volviendo a Colmillo de Acero a la normalidad
-
Inu Yasha tu has visto muy bien cómo fue que la señorita Kagome protegió con
sus energías de sacerdotisa a Naraku, además al parecer Naraku no le dijo
tantas mentiras como las habíamos pensado, ella sabe muy bien que la heriste y
no dudo en echartelo en cara, quizás la señorita Kagome después de todo no
nos quiera recordar – dijo el houshi mirando fijamente al hanyu
-
Feh! No lo sé, pero estoy seguro de que Naraku le borró la memoria y si es así
no voy a dejar que siga a su lado – dijo el hanyu apretando los dientes
-
Inu Yasha no has pensado en la posibilidad de que la señorita Kagome perdió la
memoria a manos de Naraku porque así lo deseo? – preguntó firmemente el
houshi
-
Qué dices? – preguntó desconcertado
-
Excelencia eso no puede ser, además ella le tiene el mismo odio a Naraku al
igual que todos nosotros – dijo la exterminadora negandose ante aquella
pregunta
-
Sólo piénsenlo, la señorita Kagome jamás ha cedido ante los poderes de
nuestros enemigos, con Tsubaki se resisitió a acabar contigo Inu Yasha, incluso
cuando Kanna trató de acabar con sus almas, ella jamás cedió, sería ilógico
pensar que Naraku la hubiese derrotado tan fácilmente – dijo el houshi
mirando al cielo
-
En pocas palabras Miroku, qué tratas de decirme? – preguntó el hanyu
mirandolo penetrantemente
-
Inu Yasha… no quisiera pensarlo así pero es lo único que se me viene a la
mente, lo que fuera que le hayas dicho a la señorita Kagome influyo en esto,
seguramente el demonio Naraku le propusó un trato, ella aceptó pensando que
tal vez lo mejor para ella sería olvidar – dijo el houshi devolviendole la
mirada a Inu Yasha
-
Eso es imposible, Kagome jamás aceptaría un trato con ese demonio, de seguro
Naraku la controla con algo – decía Inu Yasha resistiendose a pensar lo
contrario
-
Inu Yasha, la mirada de la señorita Kagome no ha cambiado en lo absoluto, al
ver a Naraku, no quisiera decirtelo pero…
-
Lo vio de la misma manera en que siempre te ha visto a ti – intervino Sango
-
Así es y sobre todo su valentía y forma de protegerlo, no sería normal que
ella se comportara de esa manera estando bajo el poder de Naraku – dijo el
houshi
-
Me quieren decir que Naraku le ofreció quitarle sus recuerdos y ella accedió?
– dijo el hanyu apretando los puños
-
No quisiera decirtelo de tal manera pero… lo más probable es que así fuera
– dijo el houshi apartando la mirada
-
Noo!! perro tonto qué fue lo que le dijiste a Kagome antes de que todo esto
sucediera – dijo el pequeño Shippo bañado aun en lagrimas pero aun así
exigiendo respuestas
-
Yo… yo sólo le dije que se fuera, eso fue todo – mintió el hanyu bajando
la mirada
-
Presiento que no nos estás diciendo toda la verdad Inu Yasha, debes tener
presente que si tienes planeado recuperar a la señorita Kagome debes decirnos
qué fue lo que sucedió en realidad – dijo el houshi observando los gestos de
su amigo
-
Antes que nada dime una cosa Miroku, hace unos momentos tu y Sango me han dicho
que cuando Kagome vio a Naraku su mirada se tornó de la misma manera en que me
veía a mí… con eso se referían a que Kagome siente algo por Naraku? –
preguntó el hanyu temiendo la respuesta
-
Inu Yasha no hagamos suposiciones además…
-
Dime la verdad Miroku – exigió el hanyu
-
Inu Yasha la forma en que lo miró fue extraña, quizás le tenga cierto cariño
después de todo no sabemos qué cosas fueron las que Naraku le dijo a Kagome
después de quitarle la memoria – dijo el houshi tratando de tranquilizar al
houshi
-
Ahora dinos qué fue lo que le dijiste a Kagome perro tonto! – exclamó Shippo
entre enfadado y triste
-
Shippo no estoy con la suficiente paciencia para aguantar tus necedades así que
cierra el pico o lo cerraré con mi puño quedó claro? – dijo el hanyu
molesto obteniendo como respuesta a shippo asintiendo con frustración de ser
pequeño y no poder hacerle nada
-
Bien lo que sucedió fue que… - comenzó a relatar el hanyu
Mientras
todo aquello acontecía, en un castillo no muy lejos de ahí, Kagome y Naraku
estaban entrando en una de las habitaciones, Kagome estaba terriblemente
indignada ante la reacción de aquel hanyu, cómo se atrevía a amenazar de
manera tan altanera a ella y sobre todo a Naraku, su señor. Naraku la miraba
extrañado, jamás se hubiera imaginado que hubiese sido tanto el deseo de
Kagome de olvidar a Inu Yasha que incluso le había ayudado con aquel conjuro, y
ahora ni se inmutaba siquiera al verlo, pero lo que más le extrañaba era que
llegara a tanto su poder al querer proteger algo, sin duda era la reencarnación
de Kikyo y por ello le sería de gran ayuda
-
Naraku te encuentras bien? – preguntó Kagome preocupada
-
Eh? Si Kagome no te preocupes estoy bien… gracias a ti – dijo Naraku
mirandola fijamente
-
Ehh?? Ah no fue nada – dijo Kagome sonriendo nerviosamente
-
No tenías por que arriesgarte tanto – dijo Naraku (N/A: Ni el mismo se la
cree U¬¬)
-
Claro que si, tu me protegiste y me ayudaste, era mi turno de corresponderte –
dijo Kagome
-
Pero aun así ese hanyu pudo haberte hecho daño – dijo Naraku alzando la voz
-
Por qué tienes que ser tan obstinado? – preguntó la miko alzando más su voz
-
Por qué tienes que ser tan arrogante? – preguntó con enfado
-
Jajaja – rió divertida – qué lindo te ves enojado – dijo Kagome causando
cierta sensación dentro de Naraku
-
No le veo la diversión – dijo apesadumbrado intentando esconder lo que pasaba
por su interior
-
No? Pues yo si, ven vayamos a sentarnos – dijo Kagome tomandolo de la mano
para llevarlo al comedor, Naraku notó con cierto desprecio la calidez que
emanaba del agarre de la miko, pronto llegaron y el tomó asiento – Dime qué
quieres para comer? – preguntó animadamente
-
Lo que tu quieras – dijo fríamente
-
mmm…. Ya sé, haré curry con arroz – dijo comenzando a sacar las cosas que
aun permanecían dentro de las alacenas – Naraku hay algo que quiero
preguntarte – dijo seriamente la miko sin dejar de tener cuidado en lo que hacía
-
Dime – dijo Naraku observando la extraña manera en que Kagome se movía de un
lado a otro
-
Cómo fue que nos conocimos – dijo sorprendiendo a Naraku, realmente no tenía
una respuesta para aquello y la forma en que Kagome lo miraba… de alguna
manera lo hacía sentirse… incómodo?
-
Kagome… - ante el silencio de Naraku, Kagome suspiro largamente
-
Naraku lo sé todo… - dijo la chica haciendo que Naraku se sorprendiera aún más
-
A qué te refieres? – preguntó sin darle la importancia que debía
-
Sé que tu no me has dicho la verdad del todo, pero también se que si tu me
borraste la memoria fue porque yo así lo deseé – dijo la miko sin ver
siquiera a Naraku – Naraku, antes de que te pidiera que me borraras la
memoria… - hizo una pausa – tu y yo éramos enemigos a muerte
-
Cuando recordaste todo esto? – preguntó con inseguridad
-
Desde el momento en que desperte – dijo la miko
-
Siendo así estoy seguro de que querrás alejarte de mí o matarme cierto? –
dijo con cierta ironía en sus palabras
-
Qué aún no lo ves? – preguntó dejando a Naraku extrañado
-
Ver qué? – preguntó con indiferencia
-
Si me hubiera querido alejar de ti lo hubiera hecho desde que volví a ver a Inu
Yasha y los demás pero aun así me quedé contigo – dijo la miko volteando a
verlo con una mirada enternecedora
-
Yo jamás pedí que te quedarás – dijo fríamente
-
Eso lo sé perfectamente pero… algo dentro de mí me dice que soy yo la que
necesita quedarse a tu lado – dijo causando cierto efecto en Naraku que
disimulaba su sorpresa – Dejame decirte que aunque no hayas podido borrar
ciertas cosas, para mí el odio o rencor que te tuviera en un pasado ha
desaparecido y sabes por qué? Porque te he tomado un gran cariño, no me
importa si eres el demonio más malvado del lugar ni tampoco me importan los
errores que cometieras en un pasado, y algo en mi interior me dice que tu no me
eres indiferente… - ahora si que Kagome había dado en el blanco, Naraku
volteo a verla, como podía osar a decir semejantes tonterías, su parte humana
ya había muerto pero cómo podía ser que pudiera sentir algo que no fuera
desprecio u odio
Kagome
lo miraba fijamente, observando cada detalle en las facciones del demonio, pensó
que quizás se arriesgaba demasiado al decirle tales cosas pero a la larga valdría
la pena, después de todo, ella lo sabía, pudo olvidar las cosas que más le
dolían pero no pudo olvidar a Naraku, y no era porque lo amara ni porque lo
odiara, había algo más que le hizo recordarlo, un sentimiento de nostalgia,
pensaba que Naraku siempre había estado solo, tenía a sus extensiones, si era
cierto pero estas estaban con él sólo por deber, Naraku jamás había sentido
algo que no fuera odio y eso le causaba bastante tristeza, pero nunca lástima
ni compasión, eso si que no y a como de lugar, tenía que ayudarlo, el por qué?
Ni ella misma lo sabía pero sólo tenía una cosa bien presente, algo le decía
que debía quedarse con el y no dejarlo nuevamente solo además había cierto…
cariño?
Naraku
pudo notar que Kagome lo seguía mirando, se fue adentrando más y más en los
ojos de la muchacha, no encontró confusión alguna… acaso estaba siendo
sincera? Y si así era a el que le importaba, después de todo lo único que le
interesaba era reunir la perla en su totalidad pero comenzó a recordar aquello
que latía en el fondo de su interior, algo latía con fuerza al ver la sonrisa
de ella, no, no era momento para juegos en su mente, algo pasaba ahí y sin duda
era algo que el no quería… cómo era posible? Se suponía que había hecho a
un lado su parte humana al acabar con Kikyo, entonces porque algo dentro de el
lo traicionaba, por que de pronto había comenzado a… sentir, pronto sus
pensamientos fueron invadidos por una calidez que el despreciaba pero que sin
duda le agradaba
-
Escucha te ayudaré y sabes por qué? Porque siempre te estaré agradecida me
oyes? Siempre – dijo la miko que lo había abrazado – No te dejaré solo –
susurró mientras depositaba un beso en la mejilla de Naraku
-
Cómo es posible que aun habiendo sido mi enemiga y teniendolo presente ella se
haya atrevido a… a hacer esto… jamás comprenderé las tonterías que
cometen los humanos pero… sin duda esto facilitará mis planes… - pensaba el
demonio pero algo en el fondo de su ser parecía ver las cosas de otro modo… sólo
que era silencioso con lo que pensaba…
Había algo increíble en aquellos dos, era imposible creer que alguien tan de tal pureza como Kagome pudiera seguir al lado de un demonio malvado y despiadado pero… jamás habían pensado en la posibilidad de que esto era lo que los complementaba?...