Capítulo II: Mi deseo, el olvido
Una
chica de cabellos azabaches se encontraba de rodillas en el suelo, incontables
lagrimas salían de su ahora, triste mirada, lo único que deseaba era salir
huyendo de ahí y no saber nada más de ese hanyu que… una vez más le había
destrozado el corazón. Sin saber cómo, la miko se pusó de pie y en su mente
paso la idea de escapar, de salir corriendo, ganas no le faltaban pero había
algo que la ataba a seguir en ese lugar, alguien la había tomado del brazo y no
la dejaba ir
-
SUELTAME!! QUIERO IRME DE AQUÍ!! QUIERO OLVIDARME DE TODO ESTO!! – gritaba la
miko desesperada
-
Mirate nada más, tu lo has dado todo por ese estúpido hanyu y ahora te ha
abandonado te ha dejado a mi merced – decía burlesco el demonio
-
Ya estas feliz no es así? Naraku tus planes han vuelto a dar resultado
seguramente estás muy contento verdad? – preguntaba irónicamente la chica
-
Dime… realmente deseas olvidarte de ese hanyu que tantas penas te ha hecho
sufrir? – le dijo Naraku mirándola fijamente a los ojos
Kagome
no sabía que responder, sabía que todo aquello era una trampa de este monstruo
pero algo en sus ojos le hacía pensar que estaba siendo sincero, valdría la
pena arriesgarse? Valía realmente la pena darle el si para olvidarse de todo lo
que la relacionara a Inu Yasha? Y si por ese motivo lastimaba a sus amigos?
-
Puedo prometerte que si tu no lo deseas no lastimarás a nadie que no quieras
– le dijo Naraku como leyendole el pensamiento
-
Demo… Cómo puedo saber que lo que dices es verdad? – preguntó con
inseguridad
-
Con la sencilla razón de que no absorberé tu alma o te incrustaré un
fragmento de la perla, sólo absorbere tus recuerdos y de ahí en fuera serás
tu misma – le dijo seriamente
-
Yo… - decía dudando, algo le decía que lo que Naraku le había dicho era
verdad pero y si no lo era?
-
Prefieres seguir atormentandote con el recuerdo de Inu Yasha? Acaso quieres
recordar las palabras que te acaba de dejar bien claro? Quieres seguir sufriendo
dandolo todo por el para que asi de fácil el ni siquiera te de un gracias? –
dijo Naraku causando cierto efecto en Kagome
-
NO!!! NO QUIERO RECORDARLO MÁS!! NO QUIERO SABER NADA MÁS DE EL!! – exclamó
enfadada y con lagrimas de coraje en sus ojos, el tenía razón, siempre había
soportado todo por estar a su lado y ahora que más necesitaba de su confianza
el se la negaba dejandola sola, y no planeaba soportar más todo aquello
-
Bien si así es como lo deseas olvidarás todo lo que quieras olvidar – dijo
Naraku poniendo una de sus manos en la frente de ella
Kagome
sintió que se debilitaba de una manera impresionante, poco a poco caía en un
profundo sueño, pudo ver como todas las imágenes que pasó junto a Inu Yasha,
Sango, Miroku, Shippo y Kirara pasaban por su mente, sintió un terrible
cansancio no lo pudo soportar más y cayó desmayada en los brazos de Naraku
quien le veía satisfactoriamente
-
Como te dije Kagome, olvidarías todo lo que quisieras olvidar, ahora estarás a
mi disposición – dijo mientras una sonrisa maliciosa se formaba en sus labios
Naraku
desapareció de aquel lugar con Kagome en brazos mientras que Inu Yasha llegaba
donde los demás se encontraban, Shippo muy angustiado notó que Kagome no venía
con Inu Yasha y que este venía muy enfadado
-
Perro!! Donde está Kagome??? – preguntó el pequeño Kitsune
-
Ella no vendrá más con nosotros, vayan alistandose saldremos mañana por la mañana
– dijo cortante
-
Inu Yasha acaso has reñido nuevamente con la señorita Kagome? – preguntó el
houshi tranquilamente como suponiendo que todo aquello se arreglaría como
siempre
-
No hagan más preguntas, esta vez ella no volverá y no quiero que se vuelva a
mencionar su nombre mientras yo esté presente – dijo en forma de orden
-
No! No me puedes ordenar que deje de hablar de mi amiga!! Ahora dime qué le ha
pasado!! – advirtió el pequeño kitsune muy preocupado ya
-
Qué fue lo que le has hecho a Kagome ahora? – preguntó Sango enojada
-
Por qué siempre quien debe tener la culpa soy yo? – preguntó tratando de
autocontrolarse
-
Porque Kagome es una buena persona y jamás tendría la culpa de tus problemas
perro tonto – dijo el pequeño kitsune indignado
-
Pues entonces preguntenle a ella, fue por ella la razón de la muerte de Kikyo!!
– exclamó furioso dando media vuelta
-
Qué dices? – preguntó desconcertado el houshi
-
Eso no es verdad!! Eres un mentiroso!! Kagome no sería capaz de eso – dijo
Shippo ocultandose en los brazos del monje
-
Pues si no me creen pueden irse mucho al… - no termino la frase pues la
exterminadora lo había silenciado con una bofetada
-
Inu Yasha perdoname pero esta vez te has excedido no puedo creer que tu maldita
estupidez te haya cegado – dijo la exterminadora tomando su mano que se
encontraba un poco adolorida
-
Sango… - susurraron el monje y shippo a la vez
-
Kagome nunca fue la culpable de la muerte de Kikyo, tú mismo lo viste, las dos
veces que ella murió fueron a manos de Naraku o dime acaso viste como fue que
Kagome destruyo a Kikyo con sus manos o con alguno de sus poderes? – dijo la
exterminadora suavemente – No se que fue lo que te dijeran pero si le dijiste
a Kagome algo que la inculpará más vale que te vayas preparando para afrontar
las consecuencias de las cosas que dices – finalizó tomando su boomerang y
caminando hacia delante
-
Ella tiene razón Inu Yasha por lo pronto no tenemos ningun inconveniente de
seguir viajando contigo pero quiero que te quede bien claro que no habrá lugar
para arrepentimientos – dijo Miroku siguiendo a Sango
Shippo
ni siquiera miró al hanyu incluso Kirara pasó con indiferencia hacia el. Esto
lo molestó aun más
-
Arrepentirme? Yo no tengo de que arrepentirme, ella fue quien lo provocó todo
pero… creo que no debí dejarla con Naraku… Feh! Si la mata creo que sería
lo mejor – pensaba duramente Inu Yasha
Habían
pasado ya tres días desde entonces y en un lugar no muy alejado, una chica de
cabellos azabaches se encontraba abriendo lentamente sus ojos castaños, estaba
confundida no sabía cómo había llegado hasta ahí y lo peor era que no
recordaba ni su nombre ni de dónde venía
-
Quién soy? – se preguntaba en voz alta
-
Veo que ya has despertado – dijo una voz junto a ella
-
Quién eres tu? – le preguntó tranquilamente
-
Kagome no me recuerdas? – dijo en susurro
-
Que tengo que recordar? – le preguntó una vez más
-
Es normal que te encuentres de esta manera – dijo suavemente – pero no te
preocupes, ese hanyu no volverá a lastimarte mientras te encuentres a mi lado
– le dijo rodeandole protectoramente con sus brazos
Kagome
se sonrojó notablemente, estar de esa manera con un desconocido era sin duda
desconcertante pero había algo en el que le aseguraba que podía encontrarse
segura
-
Quién eres tú? – le preguntó mirandolo a los ojos
-
Mi nombre es Naraku – le dijo en susurro
-
Naraku… qué fue lo que me sucedió? Por qué no recuerdo nada ni siquiera a
ti – dijo desesperada
-
Tranquilizate – le dijo – será mejor que salgamos este no es un buen lugar
para hablar – dijo Naraku sonriendole
Kagome
asintió con la cabeza y ambos caminaban lentamente hacia el exterior de aquel
lugar, por lo que pudo ver Kagome, ese lugar sin duda era un palacio y aunque
estaba un poco oscuro era notablemente sospechoso que ningún sirviente se
encontrará ahí
-
Todos murieron en la última batalla contra los demonios de la región – afirmó
-
Contra los demonios? – preguntó con temor
-
Si, yo soy el hijo del que fuese alguna vez el terrateniente de esta región
pero aquel día los únicos que pudimos sobrevivir fuímos tu y yo Kagome – le
dijo melancólicamente
-
Lamento no poder recordarlo – dijo ella triste
-
No… todo a su tiempo – le aseguró
Protno
se encontraron en el exterior del palacio, poseía unos jardines hermosos, no
pareciera que una guerra se hubiera desatado en tal lugar, el clima era sin duda
tranquilizador, Naraku se sento bajo un árbo de frondoso follaje, Kagome se
sento junto a el y así dio inicio su conversación
-
Verás Kagome, sé que no lo recuerdas muy bien pero hace tres días exactamente
tuvimos una batalla contra algunos monstruos – comenzó a decir Naraku
-
Pero qué buscaban? – preguntó inquieta
-
Esto es lo que buscaban – dijo Naraku enseñandole el gran fragmento de la
perla que poseía – esta es la perla de Shikkon y todos los monstruos andan en
su búsqueda, verás hace algún tiempo hubo un incidente, esta joya se rompió
en múltiples fragmentos, yo pude reunir a la mayoría pero… un hanyu y otros
humanos se interpusieron en mi búsqueda, ellos me odian pues piensan que yo soy
un ser maligno que quiere el poder absoluto de la perla
-
Pero por qué piensan eso? – preguntó preocupada
-
Pues verás ese hanyu de nombre Inu Yasha les hizo creer a esos humanos que yo
había sido el causante de todas sus desgracias, el le dijo a una exterminadora
que yo había le había tendido una trampa a su familia para que su hermano
menor los matara a todos y le hizo creer a un monje que yo era el causante de la
maldición en su mano derecha – dijo haciendo una breve pausa – todo eso lo
dijo para asi obtener la perla y transformarse en un youkai que le ocasionara
destrucción a todos los seres vivientes
-
Naraku… - dijo la chica mirandolo
-
En esa batalla, Inu Yasha y sus amigos se involucraron, el aprovecho la situación
para tomarte como rehén y así yo le pudiera entregar la perla – dijo con
rencor en sus palabras – justo cuando yo se la iba a dar, una sacerdotisa me
ayudó pero Inu Yasha te lanzó muy fuerte hacia un monte y cuando caíste te
golpeaste muy fuerte en la cabeza y desde entonces has permanecido dormida –
dijo sonriendole
-
Pero qué sucedió con ese hanyu y con los demás? – preguntó nuevamente
-
Desgraciadamente la sacerdotisa murió y ese hanyu escapó con vida junto con
sus amigos pero con nosotros fue distinto, pudimos sobrevivir gracias al campo
de protección que cree con la ayuda de la perla pero fue demasiado tarde para
mis sirvientes – dijo apesadumbrado
-
Ya veo… pero por qué te aferraste tanto en protegerme?
-
Pues por qué mas va a ser? Porque eres mi mejor amiga – le dijo mirandola a
los ojos
Kagome
cruzó su mirada con la de Naraku y notó lo atractivo que este era aunque sus
ojos guardaban un secreto, se sonrojó ligeramente al ver la sonrisa que este le
dirigía
-
Por qué siento como mi cara está ardiendo? Acaso yo sentía algo por este
joven? – se preguntaba en pensamientos
-
Kagome qué te sucede? – le preguntó Naraku sacándola de sus pensamientos
-
Ehh? Nada no me sucede nada n.nU pero tú… - Kagome fijó su vista en el brazo
izquierdo de este, tenía una herida profunda y se sintió preocupada por el –
estás herido
-
No es nada, sólo me raspé un poco – le dijo tratando de calmarla
-
No, si es grave mira es muy profunda, iré a buscar plantas medicinales creo que
recuerdo un poco sobre eso – dijo dudosa
-
No sería conveniente que fueras tu sola, Inu Yasha puede seguir rondando por
estos lugares y si te ve desprotegida podría matarte – dijo preocupado
-
No te preocupes no me alejaré demasiado además tendré mucho cuidado, regresaré
más tarde – dijo la miko alejandose con una sonrisa
Naraku
observo como Kagome se perdía en el horizonte, pudo comprobar que el combinar
sus energías malignas con la escencia de ella estaba dando resultado, Kagome no
se había percatado de su origen y eso sin duda le favorecía
-
De verdad no recuerda nada, cierto Naraku? – preguntó la voz de una mujer
desde el interior del palacio
-
Así es Kagura, su deseo de olvidarse de todo lo que le causaba sufrimiento fue
lo que la hizo olvidar completamente sus sentimientos hacia Inu Yasha y sus
amigos – dijo maliciosamente
-
Pero Naraku le acabas de decir que era tu mejor amiga – dijo una voz
inexpresiva
-
Kanna esto es lo más conveniente, así ella no desconfiara de mi
-
Pero qué piensas decirle acerca de nosotras? – preguntó Kagura
-
Por supuesto que también tendré que desvanecer sus energías malignas con la
presencia de ella pero tendrán que mantenerse ocultas – les advirtió Naraku
-
Naraku… Inu Yasha se acerca – dijo Kanna
-
Bien pongamos a prueba mis poderes sobre Kagome, qué sucedera cuando se topen
frente a frente? – se preguntaba impaciente
En
un campo no muy alejado de ellos, Kagome se encontraba observando cada una de
las plantas que ahí crecían, sin duda ella había sido un tipo de curandera o
sacerdotisa porque podía conocer a la perfección todas las plantas que ahí se
encontraban, pronto encontro la que buscaba pero una presencia sobrenatural se
acercaba a donde ella estaba
-
Qué es esto? Por qué me siento tan temerosa de esta presencia? Quién es? –
se preguntaba Kagome
A
lo lejos se podía distinguir un cuarteto de seres que se dirigían hacia
aquellos dominios hasta que uno de ellos se detuvo en seco
-
Este olor es de… Kagome está aquí – exclamó un poco molesto
-
Cómo dices? Se suponía que la señorita Kagome se había marchado a su época
– dijo el houshi preocupado
-
Pues creo que no fue así – dijo Sango animada por volver a ver a su amiga
-
Feh! Esta vez la llevare yo mismo a su época – dijo Inu Yasha marchando rápidamente
en busca de Kagome
-
Inu Yasha espera no hagas una tontería!!! – exclamaron todos al unísono
tratando de detenerlo
Inu
Yasha se dirigió rápidamente a dónde el aroma de Kagome provenía. Pronto se
encontro con la silueta de una jovencita que estaba desconcertada de lo que sus
ojos veían
-
Niña tonta te dije que te largarás de aquí!! – exclamó enojado
-
Tú… tú eres Inu Yasha? – preguntó un poco intimidada
-
Eh?
-
Inu Yasha espera no hagas una tontería!! – dijo el houshi
-
Kagome estas bien? – preguntó la exterminadora
-
Kagome!! – exclamó el zorrito feliz
-
Ustedes acompañan a Inu Yasha? – preguntó con temor
-
Kagome… qué te sucede? – preguntó desconcertado el hanyu
-
Naraku… si estuvieras aquí…. – decía en susurro la miko
-
Por qué nombras a ese estúpido de Naraku? Que fue lo que te hizo? – preguntó
con enfado acercandose más y más a la miko que solo le veía con miedo
-
Kagome… - susurraron todos muy confundidos
-
Kagome ven – dijo una voz desde algunos metros de distancia
-
Naraku!! – exclamó feliz alejandose de Inu Yasha para poder llegar con el
-
Maldito que le has hecho? – preguntó el hanyu más enojado
-
Y tu lo preguntas? Fue tu culpa que ella no recuerde nada – dijo mientras que
Kagome se colocaba tras de el como si fuera una niña pequeña escapandose de un
regaño
-
Naraku el es Inu Yasha verdad? – preguntó con miedo
-
Si Kagome, el es el culpable de todo lo que te sucedió – dijo con rencor en
sus palabras
Kagome no decía nada, sólo se sentía con temor hacia Inu Yasha, por como le había hablado se notaba que era agresivo pero ahora temía por la vida de Naraku, si era verdad que Inu Yasha era un hanyu, Naraku no podría hacer nada contra los poderes de este y su desventaja era mayor con los demás acompañantes de ese hanyu. Lo único que tenía claro era que debía corresponderle las atenciones que había tenido hacia ella y qué mejor manera que protegerlo como el lo hizo con ella. Todos los demás miraban confundidos la escena, Kagome al parecer no recordaba nada y ahora se refugiaba nada menos que detrás de Naraku, qué le había pasado?....